lunes, 4 de junio de 2012

Rashomon.


RASHOMON



Por Alessandra Solari


AÑO: 1950
PAÍS: Japón
DIRECTOR: Akira Kurosawa
GUIÓN: Akira Kurosawa & Shinobu Hashimoto
REPARTO: Toshiro Mifune, Masayuki Mori, Machiko Kyo, Takashi Shimura, Fumiko Homma, Minoru Chiaki
PREMIOS
-1951: Oscar: Mejor película de habla no inglesa
-1952: Nominada al Oscar: Mejor dirección artística (Blanco & Negro)
-1951: Festival de Venecia: León de Oro

Rashomón, película dirigida por Akira Kurosawa, significa más que un simple film narrativo, sino más bien, desde mi punto de vista, es el espejo de Japón de los años 50, un Japón sensibilizado y derrotado a causa de la Guerra.

El film comienza con 3 personajes hablando en las puertas del templo de Rashomon, sobre el “suceso terrible” que será narrado durante la película. El sacerdote del templo cuenta que a causa de haber presenciado este suceso ya no podría confiar en nadie de nuevo, y esto era incluso peor que una guerra.

Rashomon es una historia narrada desde 4 versiones diferentes, cuenta como un vándalo da muerte a un hombre y como se involucra con la mujer de su víctima. Posterior a esto es capturado y cada personaje de la historia (vándalo, mujer, y un médium) cuenta como fueron los hechos, también un leñador quién fue el único testigo del crimen.

Rashomón logra mostrar lo deplorable de la condición humana en cada personaje: desconfianza, cinismo, egoísmo, fortaleza, culpa, sumisión entre otros.

Kurosawa nos muestra con flashbacks los supuestos y contradictorios hechos, que llevan a un sentimiento de suspenso e intriga durante toda la película. Kurosawa juega con nuestra corazonada de espías y nos da pistas para tratar de resolver el asesinato, sin embargo, nos vuelca una y otra vez hasta el final de la película que es lo más inesperado.

Rashomon es una de las obras que consagraron a Kurosawa como director de culto y la grandeza de ésta se muestra desde las actuaciones (hasta un cierto punto enervante y pasando el límite de la genialidad), la utilización de técnicas fotográficas, la unión de dos historias del autor Ryunosuke Akutagawa haciendo que la narración sea mucho más rica e interesante; hasta la creación de una de las locaciones más perfectas: el templo. 



"La vida de los hombres es tan frágil y efímera como el rocío matinal." Rashomon

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