“Oh, señora Dalloway, siempre dando fiestas para cubrir el silencio”
Se nos son presentadas las horas más difíciles de la vida de tres mujeres, las horas de quiebre, “era un día en la vida de tres mujeres, y en ese día, toda su vida”. Tenemos a la magnífica Virginia escribiendo su primera obra en 1923, a Laura, una esposa de la postguerra con un marido y un hijo ejemplar y otro por llegar. Más cercana a nosotros, tenemos a Clarisse, una editora neoyorquina a quien llaman Mrs. Dalloway, es este exactamente el hilo conductor entre estas tres mujeres,“Mrs. Dalloway“.
Stephen Daldry de la mano de Peter Boyle nos lleva de una manera excepcional a viajar por tres épocas, por tres ciudades, de manera delicada pasamos por diversos escenarios. Utiliza tanto la imagen como el color y el texto para desplazarnos entre las épocas, entre las vidas, entre los pensamientos y sobre todo entre las angustias.
Peter Boyle y Stephen Daldry nos hacen bailar con las más delicadas sinfonías, somos más que simples espectadores, nadamos en las angustias, en los dolores, en los días y en las horas, en las mentes de nuestras protagonistas, no existen violentos cambios de escenas, sino que de manera natural avanzan, retroceden, se conectan. Parecen flotar de manera natural las flores ente New York, Londres y Los Ángeles, como la más importante invitada a la hora del té, a la fiesta de cumpleaños o una premiación. Puertas y ventanas que se abren y se cierran al ritmo d e los pasos y las ciudades. Es realmente asombrosa la sincronía tanto de emociones como imágenes. No puedo dejar de
mencionar la presencia de la comida, cada una de estas mujeres tiene una
relación complicada y difícil con la cocina, la cual sirve de vínculo
entre ellas y su propio entorno, Clarisse tiene un punto de quiebre en
la cocina y otro de tensión al partir los huevos, Virginia y Laura huyen
de sus cocinas, de sus mesas del comedor, con tantas fuerzas como de
sus esposos.
Los diálogos rompen las barreras del tiempo y el espacio, Virginia escribe, Laura lee, Clarisse actúa. Las figuran danzan, las escenas bailan en un ritmo sencillo y matural que logra introducir al espectador en las distintas épocas con un sencillo juego en el pelo o un reflejo en el espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario