lunes, 10 de diciembre de 2012

"El mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón"

La imagen de una sociedad mecanizada es por ende el reflejo del triunfo de los poderosos contra los oprimidos pero, también la cruda realidad (no alejada de la actual) en la que nos vemos envueltos por la mecanización en la mayoría de aspectos en nuestras vidas y que personalmente creo, es lo más perturbador.




En esta historia, en las profundidades de la tierra los obreros se encuentran trabajando mientras que en la superficie los propietarios de la ciudad e intelectuales viven sin problemas. Los primeros minutos de la película me hicieron recordar inmediatamente a Tiempos Modernos y por otra parte debo decir que la música que la acompaña es realmente impactante, va acorde al ritmo de la historia y lo de que narra.




Metrópolis esta llena de metáforas, la música es precisa para cada momento, la expresión en los rostros de los personajes es sublime (tengo un sentimiento y fascinación muy especial por los actores de cine mudo) y sin lugar a duda la gran moraleja del final esta tan vigente como la película misma y con nuestros tiempos: "El mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón". Tan verdadera como necesaria.



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