lunes, 23 de abril de 2012

PI ( Π) del director Darren Aronofsky

Sumergiéndonos en un mundo fascinante encontramos a π del director estadounidense Darren Aronofsky , en donde recorremos la vida de Max, un genio de las matemáticas que vive recluido en su departamento, con constantes ataque de fobia manifestados en intensos dolores de cabeza y cierta paranoia. Esta en búsqueda del número que le explicara el sentido de la naturaleza, la clave para reconocer el diseño del pasado, presente y futuro. Junto a él, una serie de personajes marginales que de una u otra forman provocan mayor perturbación en el: Una cazadora de talentos de Wall Street que quiere manipularlo para que controle las tendencias del mercado, su profesor enfermo resignado por la su fracaso ante una nueva teoría matemática, unos místicos judíos obsesionados con los números secretos del Torah que le develaran el nombre de Dios y una niña obsesionada con los números que no deja de utilizarlo para su diversión. En el ano 530 a. C, Pitágoras desarrollo un método en el que buscaba la relación entre los planetas y su “vibración numérica” el cual denomino “la música de las esferas” en donde pretendía descubrir la armonía del universo y las leyes de la naturaleza, posteriormente la numerología supondrá a los números como uno de los conceptos humanos más perfectos y elevados, que permitirá por medio del estudio de su influencia en personas, animales y cosas las “vibraciones secretas” que esconde la naturaleza. En esta misma búsqueda de origen de la naturaleza o del “secreto” de su creación a partir del estudio de valores numéricos es en el que se sumerge Max tratando de descubrir el valor exacto de π que lo remitirá siempre al símbolo del espirar cuyo significado iconográfico es el infinito. De este modo reconocemos como el director coloca a este extraordinario personaje en un agitado movimiento de cámaras con melodías tensas y un apasionante recorrido por su vida, logrando introducirnos en una temática propia de la existencia humana: la búsqueda constante del hombre por encontrar su esencia, la cual siempre nos remite un infinito. Π cuyo valor numérico es: 3,14159265358979323846... , es la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro en geometría euclidiana , y la constante que más emociones ha despertado en los matemáticos por solo tener una aproximación infinita. Esa misma emoción transcurre en Max quien a lo largo del largometraje descubre que el estudio de este valor numérico arroja un número de 216 cifras que le revela un significado con diversas versiones, como el nombre de Dios según el Torah o la solución para controlar la bolsa según la gente de Wall Street. Lo cierto es que Max descubre que esta búsqueda de lo supremo por el exclusivo lado de la razón (conclusión a la que llego por la destrucción del cerebro) esta trastornándolo y no es el verdadero camino, lo que lo conduce a una especie de redención en la que no intervienen mas los números matemáticos, ni la premura de encontrar una respuesta palpable a algo tan del espíritu humano.

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